1. "Mi primer deseo es (...) que nuestra mirada no se detenga solamente en el horizonte de este mundo, en las cosas materiales".
"Antes
de encender el árbol quisiera expresar tres deseos (...). Cuando lo
miramos, nuestros ojos se dirigen hacia arriba, hacia el cielo, hacia el
mundo de Dios. Mi primer deseo es, por lo tanto, que nuestra mirada, la
de la mente y la del corazón, no se detenga solamente en el horizonte
de este mundo, en las cosas materiales, sino que sea de alguna forma
como este árbol, que tienda hacia arriba, que se dirija a Dios. Dios
nunca nos olvida, pero también nos pide que no nos olvidemos de Él"."El Evangelio narra que en la noche santa de Navidad una luz envolvió a los pastores, anunciándoles una gran alegría: el nacimiento de Jesús, de Aquel que nos trajo la luz, más aún, de Aquel que es la luz verdadera que ilumina a todos. El gran árbol que encenderé dentro de poco (...) iluminará con su luz la oscuridad de la noche".
Me pregunto:¿ Qué me desvía la mirada? ¿Qué le roba el lugar a Dios en mi vida? ¿Qué cosas debo quitar de mi camino para que no obstruyan mi vista?
2. "El segundo deseo es que nos recuerde que también nosotros necesitamos una luz que ilumine el camino de nuestra vida".
"El
segundo deseo es que nos recuerde que también nosotros necesitamos una
luz que ilumine el camino de nuestra vida y nos dé esperanza,
especialmente en esta época en que sentimos tanto el peso de las
dificultades, de los problemas, de los sufrimientos, y parece que nos
envuelve un velo de tinieblas. Pero ¿qué luz puede iluminar
verdaderamente nuestro corazón y darnos una esperanza firme y segura? Es
el Niño que contemplamos en la Navidad santa, en un pobre y humilde
pesebre, porque es el Señor que se acerca a cada uno de nosotros y pide
que lo acojamos nuevamente en nuestra vida, nos pide que lo queramos,
que tengamos confianza en Él, que sintamos su presencia que nos
acompaña, nos sostiene y nos ayuda".Pienso ¿que puedo hacer para acoger esa luz en mi vida? ¿Busco que esa luz me guié en mi diario vivir?
3. "El último deseo es que cada uno de nosotros aporte algo de luz en los ambientes en que vive".
"Pero
este árbol tan grande lo forman muchas luces. El último deseo es que
cada uno de nosotros aporte algo de luz en los ambientes en que vive: en
la familia, en el trabajo, en el barrio, en los pueblos, en las
ciudades. Que cada uno sea una luz para quien tiene al lado; que deje de
lado el egoísmo que, tan a menudo, cierra el corazón y lleva a pensar
sólo en uno mismo; que preste más atención a los demás, que los ame más.
Cualquier pequeño gesto de bondad es como una luz de este gran árbol:
junto con las otras luces ilumina la oscuridad de la noche, incluso de
la noche más oscura."¿Qué debo hacer para llevar la luz? ¿Como puedo ser luz para quien la necesita?A la vez que me inspira a hacer un plan de acción ver quien necesita ser visitado, consolado, quien necesita una llamada telefónica una carta.
Texto original: http://www.opusdei.es/art.php?p=46531
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