foto tomada de hoja de clasificados en linea
¡Lo se, suena absurdo! Pero es cierto. Nuestro juego de comedor cumplía muy bien su función. Aun cuando ya nuestro pequeño *A* no necesitaba mas de su silla alta nos acomodamos muy bien ya le añadimos un banquillo y así podíamos acomodar hasta 6 personas y somos 5. Un día mi esposo encuentra en oferta un juego de comedor muy lindo que le quedaba súper a nuestra casa. Me llama por teléfono que el ultimo que tiene la tienda y por eso lo tenían disponible tomo una foto y me lo envió a mi correo electrónico al verlo me enamore del Juego y le dije: ¡si! compralo! La verdad es que dentro de mi sentí un sentimiento de culpa muy grande, no me sentía cómoda para nada. ¿Sabes porque? ¡Porque actué con vanidad! realmente no era necesario, pero como es tan hermoso y le quedaba tan bien a mi casa yo podría inventar cualquier excusa para tenerlo. Sin embargo cuando se necesitaban una donación el dinero no nos alcanzaba . ¡Claro! ¿Como nos va alcanzar si las prioridades están fuera de orden? Ahora estoy convencida que el hecho de que uno en algunos momentos pueda o crea poder (gracias a las tarjetas de crédito) tener las cosas que se le antojan aunque estén a buen precio no significa que las debo que tener. Ahora pienso que si estamos en una mejor situación económica, si nos llego el tiempo de las vacas gordas tenemos un compromiso muy grande con el que necesita ese dinero que yo hice que se invirtiera en un juego de comedor nuevo. La verdad es que uno crece con cada experiencia y para mi esta a sido una muy importante en mi caminar..
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